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18 Los magos también intentaron hacer piojos con sus encantamientos, pero no pudieron. Había piojos tanto en los hombres como en los animales. 19 Entonces los magos dijeron al faraón:

—¡Esto es el dedo de Dios!

Pero el corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como el SEÑOR lo había dicho.

Cuarta plaga: las moscas

20 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Levántate muy de mañana, preséntate ante el faraón cuando él salga al río y dile que el SEÑOR ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva.

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